Cubo
por Marian López, Galería MOTP, Mar del Plata 2001
El cubo como un orden primigenio es un elemento común a las obras de Margarita Garcia Faure y Valeria Gopar. También lo es la limitación de las estructuras semánticas utilizadas a una cerebral paleta monocroma y el uso de la línea como marca esencial para esbozar un mundo.
Mas allá de estos recursos lo que reúne sus obras es la intención explícita de desenmascarar la función ilusionista del ¨cuadro¨.
Margarita Garcia Faure toma como punto de partida pequeñas estructuras modulares a las que cubre con una malla de trémulas líneas blancas. Sus pinturas asemejan paisajes ilegibles retratados a alta velocidad. El hecho de que figura y fondo se vean como un madeja indiferenciada desplaza a la mirada desde el interior del marco transformando a la obra en una objeto más dentro del espacio arquitectónico de la Galería. Si Garcia Faure reviste al cuadro hasta que queda reducido a la desnudez de su condición de soporte, las figuras de Valeria Gopar están absolutamente simbiotizadas con el espacio de la galería, ya que se encuentran dibujadas directamente sobre las paredes blancas.
Gopar minimiza las coordenadas especiales del objeto representado hasta la magra estructura fundamental a la que falsea mostrando a ésta también como disfraz ornamental.
Las iconografías de la artista asemejan ¨cajas egipcias¨ en relación al proceso de la idealización que opera en su construcción, en donde el rebatimiento de los planos y la excesiva ponderación de líneas paralelas pareciera estar en función de otorgar al objeto una máxima inteligibilidad.
La negación de toda corrección perspectiva y la ambigüedad de su ilusionismo nos induce a pensar que la caja esta doblemente vacía, se trata del envoltorio de otro envoltorio, el de las coordenadas a través de las cuales se construye la imagen.